Cenicienta

¡Muy buenos días!

Después de dos mesecitos, ya tocaba volver a asomarme por estos lares.

Decir que desde el principio dejé muy claro que no quería ser esclavo de mi blog, y, con mucha pena, he tenido que priorizar mis tareas académicas frente a esto.

Me da mucha, mucha, mucha rabia no haber dado mi opinión sobre los premios Óscar, comentado muchas de las películas que amontonaban nominaciones y, sobre todo, no haber hecho una crítica sobre el gran fiasco de “Cincuenta sombras de Grey”. Espero coger carrerilla y que, de ahora en adelante, no se me pase ni una.

Bueno, empiezo la Semana Santa con uno de los estrenos que más ansiábamos mi novia y yo:

CENICIENTA.

 

 

Aquí os dejo la sinopsis que he rescatado de www.filmaffinity.com:

 

La historia de "Cenicienta" cuenta las andanzas de la joven Ella (Lily James) cuyo padre, un comerciante, vuelve a casarse tras la muerte de su madre. Ella quiere dar gusto a su padre y acoge con cariño a su nueva madrastra (Cate Blanchett) y a sus hijas Anastasia (Holliday Grainger) y Drisella (Sophie McShera) en la casa familiar. Pero, cuando el padre de Ella muere inesperadamente, la joven se encuentra a merced de una nueva familia celosa y cruel. Al final, Ella queda relegada a ser una sirvienta cubierta de ceniza por lo que le ponen el triste nombre de Cenicienta. Pero no pierde la esperanza y a pesar de la crueldad con la que la tratan, está dispuesta a cumplir las últimas palabras de su madre que le dijo que debía "ser valiente y amable". (FILMAFFINITY)

 

Me ha encantado. La historia de la humilde Cenicienta siempre me ha parecido entrañable y la recuerdo como una de las primeras películas que me compraron cuando era muy, muy pequeño. Mi madre me la solía poner cada noche hasta que me quedaba dormido. Entonces me cogía en sus brazos y me acostaba en mi cama, con tanto mimo y sigilo que ni me enteraba hasta que amanecía en mi habitación.

Supongo que esto me pone un poco difícil ser totalmente objetivo a la hora de hablar de esta película, pero lo intentaré.

Cenicienta es un gran ejemplo a seguir para todas las niñas (y las no tan niñas). Se ve obligada a ser la sirvienta de su propio hogar, a vivir bajo las órdenes de una mujer despiadada y de dos hermanas que no la tratan con el más mínimo cariño y, sin embargo, trata de vivir cada día con una sonrisa frente a todas las adversidades.

La razón por la cual lo primero que he hecho ha sido mencionar mis recuerdos sobre la historia que Disney decidió plasmar en la película animada del año 1950 es que prácticamente es la misma historia y no una reinvención como todo el mundo apuntaba. Es la misma trama con algunas partes un poco más extendidas pero con miles de guiños a la original de Disney y no al cuento escrito por los hermanos Grimm (como pudimos ver en las partes correspondientes a la película incluidas en Into the Woods).

Algo destacable en lo que considero que ha superado a la versión anterior es la mayor importancia que se da a la figura del príncipe. Podemos ver cómo es presionado por su padre para elegir a una princesa de la realeza, y no a una cualquiera. No hablamos de la mujer que realmente le robe el corazón sino de aquella con cuya unión el reino se vea económicamente favorecido. De forma que elegir a una plebeya no es una opción, y aunque el enamoramiento sigue siendo igual de absurdo, me resulta mucho más hermoso que antes.

Quizás apuntaría a que me esperaba que todo fuese a ser más difícil, que se acumulasen más momentos de tensión y que los creadores del film jugasen con el hecho de que todos los espectadores conocen la historia y desean que llegue ese giro inesperado que les haga irse con un buen sabor de boca, pero no, ese momento nunca llega.

Es una historia preciosa, pero te quedas con ganas de más.

A nivel actoral, Cate Blachett en el papel de madrastra está soberbia, con todas y cada una de las letras de la palabra. No me la imaginaba para nada haciendo ese tipo de papel, pero realmente consigue que no podamos separar nuestros ojos de ella; de lo que hace, de sus gestos, de sus palabras, de su modo de respirar.

Por primera vez, vemos que no es mala, digamos, porque sí. Esconde un motivo, razonable o no, pero sí hay una explicación por la que se comporta como lo hace con Cenicienta, y eso ha contribuido a una mayor "humanización" de su personaje, lo cual me ha encantado.

Helena Bonham Carter, en un papel de igual longitud al lobo feroz de Johnny Depp en Into the woods y de igual exquisitez para mi gusto. No sé qué tiene esta actriz, simplemente me quedo embobado viéndola en pantalla.

A priori pensaba que la distribución de los papeles de "madrastra" y "hada madrina" estaban confundidos, que se vería raro y que la asignación era la contraria al resultado claramente positivo y esperable. Obviamente, me confundí y de pleno. Ambos papeles les van como anillo al dedo.

¿La recomiendo? Por supuesto.

Echo en falta la innovación, y creo que la sombra de Maléfica en estos momentos es demasiado larga, al igual que lo considero con la adaptación francesa dirigida por Christophe Gans de La bella y la bestia. Esas películas, para mí, eran de diez, y a esta le doy un modesto siete.

Pasad un día fantástico y, si no ocurre nada, el miércoles nos volveremos a ver el pelo.

¡Un besote muy grande!

Sergio G. Domínguez.