Glamour Street Fashion Show.

¡Buenos días y bienvenidos a mi segundo post!

Hoy inauguro la sección de moda con un post que estaba deseando escribir: Glamour Street Fashion Show.

Aquí os dejo un resumen de cómo viví las dos ediciones del concurso como espectador – novio de concursante. 

 ¿Queréis saber lo que El Corte Inglés y la revista Glamour no mencionaron en la letra pequeña?

 

 

 

Creo que, con el tiempo, me he vuelto inmune a los despertadores.

Sé que está sonando, sé que me tengo que levantar y sé que hoy es un día muy importante para mi novia, pero, ¿por qué mis ojos se resisten a abrirse?

Cuento cinco segundos, diez, veinte.

Cuando dejo de contar, noto cómo empiezan a moverme los hombros, pronunciando unas palabras que apenas puedo percibir.

Una luz blanquecina me hace entrecerrar los ojos y, antes de que pueda acostumbrarme a la claridad, me encuentro restregando mi cara contra la almohada.

Al cabo de un par de minutos, me giro para mirarla y la veo sacar su conjunto, meticulosamente empaquetado, de la maleta.

Todo sin la más mínima arruga. Se lo pone y comienza a añadir pulseras, anillos y pendientes, y lo hace en una armonía que yo jamás podré imitar.

 

No parece nerviosa, sino más bien impaciente.

Unos cuantos minutos más tarde, nos encontramos ante el hotel Palace, uno de los hoteles más famosos de todo Madrid, y solo faltan unos minutos para que un día de cuento de hadas comience para ella.

Ciento cuarenta y nueve compañeras que comparten una misma ilusión, convertirse en la mejor “street-styler” y abrir un blog de moda para la prestigiosa revista Glamour.

 

Maquilladores profesionales de las casas L’Oreal Paris y Dior se encargarán de que sus rostros luzcan espléndidos, prestigiosas estilistas se encargarán de mejorar sus “outfits” para que tengan más posibilidades para el triunfo y un montón de profesionales se encargarán de hacerlas vivir una experiencia mágica e inigualable.

¿Qué chica amante de la moda podría no disfrutar de una experiencia así?

Lamentándolo mucho, no todo iba a ser color de rosas.

Cuando la veo salir al escenario, sé que no está disfrutándolo al máximo, y la comprendo. Todo el público la comprende. Todos los espectadores pensamos lo mismo.

A-ma-ña-do.

La mejor “street styler” del país no se decide por el conjunto que haya presentado para la fase final del concurso, sino por el conjunto totalmente nuevo que tu estilista ha considerado oportuno, sin previo aviso, sin ningún tipo de consenso.

Aquí os dejo unas imágenes de los “antes y después” de mi novia (Bea, del blog www.improvingtheangel.com) en ambas ediciones del concurso:

 

 

 

 

Veis que el cambio es más que razonable. Algunos verán mejor el “antes” y otros el “después”, pero a lo que voy es a que el jurado decide en función del modo en que tu estilista decida vestirte y no es justo.

Me parece francamente mal que tanto El corte inglés como Glamour utilicen a las concursantes como meros maniquíes con las que promocionar su colección “otoño-invierno”.

Creo que su criterio es simplemente elegir “perchas” que decorar y exhibir cual trofeos.

Con esto no quiero decir nada malo de las chicas que hayan ganado, puede que sean magníficas personas y que hayan luchado por el puesto como cualquier otra, pero simplemente el criterio de elección no fue ni limpio ni justo.

En las dos ediciones he visto concursantes con todo tipo de cuerpos y con un rango de edad bastante amplio, y las ganadoras y finalistas de cada edición eran todas menores de veinticinco y con siluetas y rasgos que a la mayoría les resultarían envidiables.



Finalistas y ganadora del GSFS 2013

 

Finalistas y ganadora del GSFS 2014

 

Me gustaría que, para futuras ediciones, el jurado se empapase más del estilo y la personalidad de cada concursante y los estilistas respetasen las opiniones de las mismas con respecto al modo en que salgan a desfilar a la pasarela.

Con todo, las cosas positivas pesaron más que las negativas y mi novia decidió volver a presentarse al concurso.

Una reflexión suya que me hizo mucha gracia fue: “no tengo las medidas 90-60-90, sé que no voy a ganar, pero esta vez sí lo voy a disfrutar”.

Yo me esforzaba en decirle que sí tenía posibilidades. Que si elegían una finalista por cada tendencia y respetaban los conjuntos presentados, podría terminar como finalista o incluso ganadora, pero la disfrazaron de colegiala y todo se fue al garete.

No ganó, pero desde el mismo momento en que vio su nuevo conjunto en la percha ya fue consciente de ello.

Un año más, tendría que desfilar con una ropa que no le representaría en absoluto, pero se puso su mejor sonrisa y vivió al máximo aquel día.

Cuando en la segunda edición pronunciaron el nombre de la ganadora, todo el público (al menos, todos los de la zona donde yo estaba), comenzaron a hablar unos con otros mostrando su clara desaprobación.

Pude comprobar entonces que muchas de las concursantes les habían dicho a sus familiares y amigos que no estaban para nada contentas con los cambios en sus estilismos.

La ganadora desfiló con un conjunto de jersey, falda, calzas y mocasines totalmente distinto de su camisa de tartán, pantalones tejanos y botas con el que se había presentado.

Su estilista hizo todo el trabajo. Lo único que ella eligió fue el bolso.

No tengo ni idea de por qué la eligieron a ella, ni tampoco por qué la mayoría de las finalistas no mostraron su sorpresa al ser seleccionadas por el jurado.

Supongo que todo estaba pactado desde antes de que las chicas llegaran al hotel.

Después de una charla con mi novia cuando cenábamos después del desfile, ella me dijo que la experiencia había merecido la pena ambos años por las chicas que había conocido, y por lo que un viaje a Madrid supone, por supuesto.

Quién sabe, quizás a la tercera vaya la vencida, el concurso sea realmente serio y la ganadora sea proclamada por méritos propios.

¿Qué os ha parecido el post? ¿Habíais oído hablar del concurso? ¿Os gustaron los cambios que le hicieron a Bea? ¿Os parece justo el criterio del jurado?

Nos vemos el viernes con una nueva entrada sobre cine.

¡Un besote!

Sergio G. Domínguez.